Diana "Artemisa" García

Diana se a ido; el shock de hace unos momentos la hizo que se escondiera como un niño pequeño al ver que el monstruo del closed sale y ella se esconde debajo de las cobijas. Así ella se a escondido en alguna parte de su cerebro al ver todas las cosas que le han pasado en tan pocos minutos. Ahora solo sabe que Artemisa queda su "altear ego" salio de ella la forma salvaje, indómita e inestable.

-¿De que amigo me hablas imbécil oriental, estar de acuerdo en que, y hacer un trabajo para ti ? yo no trabajo para nadie solo para mi y para el que me plazca ayudar. Sabes que si me sueltas tomare tu cabeza y la de los que están aquí no tienes nada con que negociar conmigo. Vamos se buen chico y acepta tu final tal como debe de ser.

Voltea a ver la tipo que la lleva a la siguiente sala y le habla con calma viéndolo a los ojos del tipo mientras ella sigue con su risa a todo lo que da su cara

. -Vamos suelta mis manos y te dejare escoger la manera en que mueras. Tu eliges chico listo JA, JA, JA, JA, JA.

Su risa invade todo el cuarto alta y sonora de pronto se calla y ve al oriental y con la mirada llena de furia le habla.

-Y tu imbécil oriental. Solo dame dos buenas razones para perdonarte la vida por esta día y dejar que te escondas y poder jugar al gato y el ratón y hacerlo mas divertido para mi.

- Bonitas palabras, si. - Un golpe de su “amigo” en el estómago cortándole la respiración a la joven- Lástima que no quieras comprender... en fin. Si lo que quieres es jugar.... Juguemos.

El oriental encamina sus pasos hacia el salón elevando el tono de voz desde allí para que se le oiga claramente desde el baño.

- Es un juego muy sencillo. En la mesa hay una carpeta, un objetivo. Si superas una pequeña prueba podrás llegar a él, dirigirte a la tarea que se describe. En el feliz supuesto que así sea encontrarás un número de teléfono que se activará tras la finalización del trabajo, dándote nuevas instrucciones y un lugar donde tu amigo te esperará con los brazos abiertos.
- Fácil ¿no?- El hombre vuelve a aparecer por la puerta del baño con las manos a la espalda.- Pero claro, todo esto tiene su reverso, si falla en la prueba.... mueres. Si fallas la misión... mueres, si intentas algo estúpido... mueres y claro está tu amigo... bueno, hay muchos animales en las cuentas que pasan hambre, pero de eso ya te preocuparás más adelante, lo primero es lo primero.

Tiende su mano al vigilante entregándole un royo de cinta adhesiva. El hombre asintiendo con la cabeza comienza a atar con ella a Artemisa, empezando por amordazarla con un amplio trozo. En unos instantes sus piernas estaban atadas entre si y a la vez a las esposas de su espalda.

- Que despistado, no te he dicho el nombre de la prueba... que cabeza la mía, se llama 21 minutos. - La joven vuelve a ser introducida en la bañera, esta vez con sumo cuidado, recostándola lateralmente en el suelo, mirando hacia la pared.

- Ese es el tiempo aproximado de vida en caso de no superarlo. Las normas son sencillas, la bañera se irá llenando hasta que te cubra, si eres capaz de soltarte antes puedes salir y sobrevivir para continuar el juego, si no... bueno, el agua ayudará a que la cinta se despegue un poco así que no creo que sea muy difícil....- El comentario es abiertamente irónico.

El agua comienza a caer lentamente sobre ella, cada vez más y más fría mientras se acumula poco a poco en el fondo de la bañera, un golpe en la puerta del baño, parece que está sola de nuevo.

Las ataduras de Artemisa la lograron por un momento poner a pensar en como salir de ellas, los golpes, insultos y burlas hacia ella no le importaban. Tal vez a Diana si le hubiesen afectado pero a Artemisa no ella era la parte mas negra de Diana la parte que todo este tiempo estuvo reprimiendo ante todos.
Ya a solas empieza a tratar de safarze de las ataduras con cinta adhesiva mueve las manos en busca de alguna salida de las ataduras, sus ojos están llenos de rabia no por las cosas de las que a sido puesta durante toda la platica con el oriental sino por el hecho de no poder salir de una simple cinta adhesiva.
"Maldito oriental te he de encontrar y me haré una un collar con tus hueso blanqueados por el sol una vez que te atrape. Mierda esta maldita cinta esta muy dura solo me queda una sola opción en estos casos y esa es hacer que se me corte la piel y así con mi propia sangre hacer que la cinta adhesiva se empape con ella y usarla como un lubricante para poder safar mis manos y listo la sangre es mas viscosa que el agua y es mejor para lo que quiero. Esto dolerá pero es lo único que se puede hacer mas rápido en estos casos.
Bueno lista para el concierto de dolor uno, dos, tres."
Artemisa empieza a mover las muñecas haciendo fricción con la cinta, empieza las quemaduras por la cinta después el doloroso descarapelamiento de la piel su cara muestra el dolor que esto le provoca algo que no puede ocultar de ninguna manera.

El agua continúa cayendo sin descanso llenando cada vez más la bañera. Artemisa se agita moviendo sin parar los brazos, agitando el cuerpo tratando de librarse de la cinta que la aprisiona. Pese a todos sus esfuerzos apenas podía agitarse levemente en aquel reducido espacio, en la situación en la que estaba.

“En la mesa hay una carpeta, un objetivo.”

Esta gente no se andaba con tonterías, todavía podía recordar la caja que le habían enseñado antes... Alberto. El líquido rozaba ya su nariz devolviéndola al presente. La cinta se estaba empapando poco a poco, aunque por el momento no parecía dispuesta a ceder, empeñada en cumplir su objetivo a la perfección. Aguantó la respiración para evitar tragar agua mientras intentó girar sobre si misma para colocar la cabeza hacia el techo, eso le daría algo más de tiempo.

La impotencia era cada vez mayor. Sus intentos de girarse parecían inútiles, su tiempo estaba al límite y aquellas malditas ataduras continuaban fijas en las esposas. No podía dejar que Diana pasara por aquello, ella tenía que protegerla, era su deber, TENÍA que hacerlo, debían vivir. De lo más profundo de ella, comenzó a brotar nuevamente. Hacía mucho tiempo que había apartado de su mente aquello, un doloroso recuerdo pero ahora no tenía elección. Aceptar o consumir. Puede que esta vez consiguiera controlarlo y tal vez puede que...

Cerrando los ojos comenzó a tirar lentamente del brazo derecho, con la certeza de poder hacerlo. Poco a poco su mano fue respondiendo amoldándose más y más hasta que unos segundos después se encontraba fuera de los grilletes permitiéndole apoyarse en el suelo de la bañera para elevar el tronco lo suficiente y poder así tomar una merecida bocanada de aire fresco. El frío que recorría todo su cuerpo mordiéndola con fiereza parecía haber abandonado aquella extremidad, aquella sensación.

-Huuuommm... COF..COF..COF... HAaaaaaa...haaa Cof..cof... Por fin algo de aire después de haber tragado agua. No se que paso pero lo que haya hecho sirvió y justo a tiempo. Después poder tomar un poco mas de aire y centrarse un poco en ella observo a su alrededor en busca de sus captores y en busca de algunas respuestas de lo que pasa aquí.
Empieza poco a poco a safar sus ataduras de la cinta adhesiva, solo a otra mano que esta todavía cautiva por la esposa es lo único que no puede quitar por el momento.
Empapada por completo sale de la bañera el aire frió de la noche golpe todo su cuerpo poniendo su piel como de gallina, camina en dirección de mesa donde se encuentra el folder con instrucciones que le dio el oriental lo toma entre las manos y sin mas miramientos rasga la parte superior del mismo y saca el contenido de el.
el ver que son papeles los guarda rápido en el sobre y lo deja en la mesa, vuelve a ir al baño, cierra la llave de la bañera con delicadeza y toma una de las toallas de las que se encuentran colgadas. Se empieza a secar y se da cuenta que esta sola en la habitación. El oriental y su amigo se han ido y la han dejado sola con el sobre y todo eso de hacer el trabajo para ellos.
va al cuarto contiguo donde se supone que esta la recámara y busca dentro de uno de los armarios de el cuarto. Toma una camiseta y una chamarra de el closet y las tumba en la cama, empieza a quitarse la ropa mojada mientras en voz baja piensa.
-¿Por que tantas facilidades para dejarme sola acaso dudaban de que puede salir? No lo creo si ese fuese el caso se quedaría el otro tipo aquí para poder tirar el cuerpo antes de que amaneciera, Quien diablos es ese oriental y que planea hacer con Olimpo solo se algo que el juego del gato y el ratón a empezado y creo que sera divertido ver hasta donde llega esto. Al colocarse sus ropas mojadas y las tira por la ventana y observa que su moto este en donde la dejo. Toma el sobre y sale por la puerta dejado el cuarto solo y oscuro como lo encontró al llegar.

Con la cabeza rebosante de dudas y un frío de mil demonios en el cuerpo sale de la habitación en dirección a la calle. No hay rastro de sus “amigos”, ni si quiera parecen haberse molestado en tocar su moto, todo aquello la desconcertaba. En la habitación de al lado había encontrado con facilidad ropa seca y toallas de repuesto, ¿sabían que iba a salir?...

El trayecto parecía mucho más largo ahora, puede que pese a la situación vivida estuviese más tranquila que antes, quien sabe. En la entrada los dos hombres que había visto antes la saludan, el que la había atado con una sonrisa en la boca.

- Buenas noches, espero que su estancia haya sido agradable y haya disfrutado con el señor... el parecía que mucho.

Por el tono de su voz parecía que el pobre diablo estaba insinuando que era poco menos que una prostituta barata que es dejaba mangonear, opinión para la cual su actual ropa no ayudaba. Pero todo aquello no importaba, ahora tenía que aclararse, buscarle y comprobar que estaba bien y aquellos papeles, tenía que examinarlos a fondo.

Las burlas de los guardias hacían que la sangre de Artemisa ardiera pero no tenia tiempo de ellos no por ahora, la busqueda de los papeles que vienen en el sobre tenían mayor prioridad por ahora, solo por ahora.
Con una una mirada de reojo solo le alcanza a decir al guardia que se burla de ella sin dejar de caminar en dirección a la calle y subir a su moto
-Espero que estés listo para después. Recuerda que tenemos una cita pendiente tu y yo "HOMBRE RUDO".La forma en que lo dice es de manera diferente que se la dijo la primera vez esta vez es con un poco de sarcasmos y enojo a la vez.
busca las ropas mojadas que llevaba y solo toma el radio comunicador con forma de mariposa las ropas las deja y acto siguiente sube a la moto y arranca a toda velocidad. Mientras va en camino sigue pensando una y otra vez todo lo que a pasado esta noche y lo peor es todavía no a terminado aun. Artemisa va demasiado rápido en la moto, Diana era precavida al manejar ella no solo deja que la brisa de la noche toque todo su cuerpo sin tomar precaucion alguna mientras corre. Toma en dirección a la casa de Olimpo(Alberto) en busca de algunas respuestas que le ayuden a descifrar el misterio de esta noche.

“La ira lleva a una persona al nivel de un animal inconsciente y eso se termina pagando.”

Aquellas palabras que en cualquier otro momento no hubieran tenido significado alguno para Artemisa ahora eran la premisa que guiaba su cuerpo rozando por el asfalto. En condiciones normales era consciente de su limitada habilidad en el manejo de la moto y la dificultad de controlar la potencia que desarrollaba aquel motor pero en ese instante, la rabia y la prisa habían hecho que al tratar de adelantar a un coche que circulaba mucho más lento la moto se inclinase lanzándola por los aires. Sus brazos al borde de la hipotermia aún húmedos habían dejado de responderle evitando que controlase la situación

Su marcha se detuvo contra un coche aparcado, tras varios metros raspando su espalda contra el asfalto. Su brazo le dolía, en la caída era el que había amortiguado el impacto inicial. Al girarse para comprobar su estado pudo ver que estaba roto, con su mano derecha en antinatural posición. La impresión la llevó a marearse mientras trataba de sentarse. Un hormigueo le recorrió toda la espalda prolongándose por el brazo lastimado, una sensación de calor y frío casi simultáneos.

Con el casco empañado miró hacia su brazo, aquello no podía ser. Habría jurado que algo salía de su cuerpo moviendo el hueso hasta su posición inicial. Levantando la visera miro nuevamente y lo que contempló la dejó mucho más impresionada si cabe. Su brazo estaba totalmente intacto, no tenía herida alguna, ni si quiera una rozadura, sin embargo en su ropa había dos grandes agujeros manchados de sangre reseca.

El coche al que acababa de adelantar frenó a su lado y de él un amable anciano bajó a comprobar el estado de la muchacha.

- ¿Estás bien?

Las malas maniobras de Artemisa al manejar la llevaron a lo que Diana temía y eso era el dejar la piel por todo el pavimento por la velocidad.
Al quitarse el casco se reviso una y otra vez todo el cuerpo, todo el cuerpo debía de estar lleno de raspones, hematomas y por lo menos 5 costillas rotas pero tal vez era obra del destino o un solo sueño, ella juraría que debería de estar destrozada por el impacto de la caída. No, no lo estaba, era la vida real ella vio como estaba su brazo tan solo unos segundos y después nada de fracturas solo las marcas de lo sucedido. ¿Que era todo esto? se lo preguntaba una y otra vez al ver su brazo y los hoyos de su camisa; por una fraccion de segundo recordó lo que le había pasado en el baño al quitarse las esposas, la manera de como sus hueso se acomodaron a la forma de las esposas y como volvieron a su estado original.
Solo el hablar de un viejo la volvió de sus pensamientos profundos el repetía una y otra vez lo mismo
-¿Señorita esta bien, señorita me esta escuchando?
La voz tranquila de Artemisa dejo escapar dos palabras ante la pregunta del anciano:
-!Mejor que nunca viejo¡.
Al tiempo que se incorporaba del asfalto dejando al anciano perplejo al ver como se paraba tan normal como si no hubiese pasado nada. Al revisar el estado de su moto noto que estaba en malas condiciones como para ir en ella. Se volteo a ver al anciano y con la misma voz tranquila le pregunta al viejo.
-¿Te importa si me llevas a mi destino abuelo?.

El hombre permaneció unos segundos muy sorprendido al ver que la mujer contestaba de la forma en que lo hizo, con aquella falta de educación y aquel descaro.
Al ver como se levantaba aparentemente ilesa el hombre respiró mucho más tranquilo a la vez que su sorpresa no hacía más que aumentar.

- ¿Te importa si me llevas a mi destino abuelo?.

El descaro con el que la mujer se comportaba hizo que el hombre desconfiara. La moto en el suelo no presentaba muy buen aspecto, el golpe había sido muy duro y algo estaba goteando muy lentamente sobre el asfalto.

- No debería moverse, una ambulancia y la policía vendrán ya de camino. – El hombre retrocedió un paso tanteando la reacción de la joven ante su comentario.- Ellos le podrán acercar a donde necesite.

Artemisa es la forma mas salvaje de Diana la parte que ella trata de sacar ante los demás incluso enfrente de Alberto la reprime por ser la parte mas agresiva de ella. Pero Diana ahora no esta en casa solo esta Artemisa, la impulsiva, la salvaje, la irreverente, la destructora de lo correcto.
Artemisa en un tona mas enérgico vuelve a contestarle al anciano con una voz de orden no de suplica o favor.
-Anciano te pedí de buena manera que me llevaras. No que te pusieras a parlotear como guacamaya, me vas a llevar por las buenas o por las malas a estas alturas de el partido no tengo tiempo para ponerme a ver doctores ni mucho menos ambulancias.
Artemisa se acerca al carro del anciano y se sube a el por el lado del copilotó y le grita al podre anciano que esta perplejo por todo lo que sucede en los minutos que para el parecen horas de incomprension completa.
-Vamos viejo no tengo toda la noche para quedarme a ver las estrellas ni mucho menos ver como explota la moto por la gasolina que se esta regando por el asfalto sube que no tenemos tiempo.
mientras el anciano se acerca al carro ella urga por la guantera y toma unos cigarrillos de la misma, mientras prende el encendedor del carro. Ya en marcha prende el cigarro y lanza el encendedor en dirección de la moto mientras pasan por frente de ella, aspira el cigarro y deja salir una bocanada de humo mientras voltea ver al anciano y con una sonrisa en la boca le dice.
-Para que no tengamos problemas con los polis por tirar basura en la calle. JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA.
El anciano la ve con mas miedo que antes en verdad el cree que esta completamente loca por cada una de las cosas que dice y hace. Solo pasan unos segundos para escuchar el ensordecedor sonido de la explosion detrás de ellos. Todo deja muy en claro que Artemisa si es salvaje mas de lo que Diana creía que podría ser ella.

El hombre situado en el lado contrario al de la moto accidentado se pega al coche al ver el mechero volar por el asfalto. Ambos vehículos están demasiado cerca y la gasolina comienza a correr por el suelo en varias direcciones, incluida en la que se encuentran. Llevado por el miedo el hombre sube al coche y retrocede unos metros con el vehículo. Presa del pánico no calcula su trayectoria y en el momento de la explosión golpea contra uno de los vehículos aparcados quedando el motor apagado.

De fondo comienzan a escucharse las sirenas acercarse, el hombre tenía razón, venían de camino. Presa del pánico saca la llave del contacto y sale del coche aprovechando el pequeño impacto y la desorientación que ha producido en la mujer que no llevaba el cinturón puesto en ese momento.

- ¡Cuidado!, ¡va armada!- El hombre comienza a gritar al pisar la calle y trata de huir en dirección contraria a las llamas que se elevan desde el asfalto.

Lo que Artemisa cree es el resplandor azulado de una patrulla se ve al final de la calle, todavía a una gran distancia.

Artemisa todavía aturdida por la explosion de la moto y el pequeño golpe que recibió por el nerviosismo del anciano al manejar sin cuidado la dejan aturdida por un instante. Lo que dejaría a cualquiera fuera de combate por un momento pero Artemisa no le deja así solo dibuja en su cara una sonrisa a la vez que habla en voz alta al anciano que ya hace afuera gritando como loco.
-Vamos viejo donde esta tu sentido de aventura no me digas que te has meado en los pantalones por esto. ja, ja, ja, ja,.
Veamos ahora que tenemos que hacer aparte de salir de aquí y no dejar que los polis me atrapen por lo de mi pequeña fogata y el anciano esterico bueno lo primero es salir y alejarme de donde están los polis.
Artemisa sale del auto y empieza a pensar rápido mientras observa de los lados de la calle y toma nota de sus posibilidades de salir de ahí.
"Bueno Artemisa valla que la hemos hecho buen esta vez ¿Que hacer, que hacer? Ir por donde viene las luces solo harían que los polis me atraparan mas rápido y tendría que dar expoliaciones de todo lo sucedido y no tengo tiempo de darlas. y del otro lado de donde esta la moto en llamas es el único lugar por donde todo se ve libre y con grande expectativas de poder escapar sin tantos problemas"
Sin pensarlo dos veces Artemisa sale corriendo en dirección de donde esta la moto en llamas. Las llamas son tan abrasantes, el calor intenso y lleno de rabia por consumirlo todo a su paso, el brinco sobre la moto es largo y prolongado. El anciano ve la escena con horror sabe que lo que le espera a la chica son serias quemaduras en todo el cuerpo y una larga vida de dolor por las heridas por el fuego; Artemisa siente como la piel se le quema, sus cabello empieza a soltar el clásico olor de cuando se quema; pero ella en vez de mostrar una cara de horror por lo que siente en todo su cuerpo tiene una sonrisa dibujada de oreja a oreja mientras piensa al pasa toda la acción.
"Si en verdad lo de hace unos momentos de cuando choque y lo de las esposas las pude hacer yo, espero que con el fuego también las pueda hacer. Bueno si las cosas no resultan bien tendré una buena anécdota para mis nietos del por que tengo ese bronceado permanente y no deben de jugar con fuego, y saltar por las motos en llamas. ja, ja, ja, ja,"

El hombre ve como la joven se abalanza sobre el charco de gasolina y salta a través de la columna de fuego que surge de la moto atravesándola antes de perderse de vista. El ruido de las sirenas de las ambulancias están cada vez más cerca, de momento el nervioso personaje no es capaz de ver ninguna de policía...

“Que no tarden mucho por favor”.

Mientras Artemisa dolorida por las quemaduras continua corriendo por la calle en dirección contraria a la marcada por las luces. Varios metros eternos pasaron con el resonar de las sirenas en su cabeza antes de que comenzara a zigzaguear por las pequeñas callejuelas del barrio. Sin tener mucha idea de hacia donde se dirigía avanza hasta estar segura de que no hay ningún “poli” siguiendo sus paso.

Agotada se apoya en un gran contenedor que le resguarda en su mayoría de la luz de las farolas cercanas. Mirando con curiosidad hacia su brazo comprueba que la mano antes fracturada no le responde como debería, que las fuerzas le abandonan con mucha rapidez en el brazo. Exteriormente parece estar bien pero algo no ha quedado como se supone estaba. Por su parte trozos de la cazadora se han adherido a su piel provocándole un gran escozor. Por un momento mientras siente todo aquello cree ver su piel crepitar tratando de zafarse del plástico que la impide respirar y juraría ver un cacho pequeño del mismo caer al suelo.

Un ruido en el lado contrario del contenedor la pone alerta.

- Eso era mío tío, no tienes derecho, sabes que lo necesito. Hoy no he podido meterme nada

Asomándose cautelosamente ve con alivio que son dos drogadictos peleándose por una pequeña bolsita de la que cuelga algo parecido a una jeringuilla.

Artemisa no conoce la palabra no jugar con fuego, pero empieza a saber el significado de aquellas palabras.
Revisa sus heridas y las quemaduras que ella misma se a provocado por la improcedencia de su parte mira una y otra vez y la sonrisa de su cara no se quita aun después de verse detenida mente cada una de las mismas.
"Ja. Pequeños precios por tener un poco de libertad y espacio. Demonios creo que algo hace falta, tal vez deba de concentrarme un poco mas para poder lograr lo de la regeneracion. O tal vez solo tenga que descansar un poco mas para que surta mas efecto. Diablos que mas da debo de quitarme toda esta mierda que se me a pegado y descansar como se debe y mañana pensar con mas claridad"
Mientras esta sumida en sus pensamientos escucha voces provenientes de el lado opuesto del contenedor. Son solo unos drogadictos peleando por tal vez su dosis diaria vuelve a la posición inicial y empieza a observar las calles con mayor detenimiento y se da cuenta que esta a unas 3 cuadras de departamento de Olimpo ahí puede descansar y poder curar mejor sus heridas sin que alguien mas la moleste.
Despega una de las partes pegadas de la cazadora en su piel el ardor y el dolor son lo suficiente mente fuertes como para que lanza maldiciones en voz alta por el dolor causado.
!!!!MIERDA DE CAZADORA, MALDITO PEDAZO DE PLASTICO DE PORQUERIA, POR QUE TENIAS QUE PEGARTE A MI PIEL¡¡¡¡
El sonido de pisadas acercándose la hacer reaccionar de que no estaba sola en el callejón y vuelve a considerar la situación.
"Bien Artemisa la has fastidiado una vez mas los estúpidos drogos de el otro lado te han escuchado y no creo que vengan a ayudarte como boys scouts y en el estado que estas no puedes hacer mucho que digamos. ¿Que hacer, que hacer?"
busca entre su área y logra encontrar una botella y la toma se pega al contenedor mientras esconde su arma improvisada detrás de ella y empieza a idear un plan para no pelear por esta vez.
"Tratare de hacerme la loca y hablar sola si funciona los dorgos pensaran que soy una loca mas de los suburbios y se largaran. Bueno que empiece el acto uno de la treta"

Los gritos parecen haber llamado la atención de alguien que camina hacia ella. Tan cerca de su destino y tan lejos a la vez, debía tener mucho cuidado y lo sabía muy bien.

Sacada de si durante un momento se quedó embelesada en sus pensamientos. “Regeneración”. No podía ser que estuviera pensando que aquello era real pero lo que antes había visto, o realmente no lo había hecho y aquello era fruto de un shock por el golpe contra el asfalto.

Un golpe metálico a su espalda hizo que se sobresaltara y se metiera más en su papel tratando de no llamar la atención. Algo había caído en el contenedor en el que se apoyaba y los pasos nuevamente se alejaban. Cuando quiso mirar quien había sido se encontró con la calle desierta.

Sin pensar más avanzó hasta la casa de su compañero deseando que todo hubiera sido un farol del japonés y que el hombre le recibiera con su cálida sonrisa.

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La puerta estaba entreabierta, esperando que alguien la empujara y entrara en el apartamento. Conteniendo la respiración miró a su alrededor buscando. Todo estaba “normal”, demasiado normal. El portátil siempre encendido en la mesa del salón iluminaba la escena tenuemente mientras entra cerrando tras de si.

Artemisa al descubrir que no tenia nada de que preocuparse por lo dos vagos salio corriendo de aquel lugar con una gran sonrisa pensando que era su noche de suerte primero lo de las ataduras, después lo de las quemaduras y al ultimo lo de los vagos.
Esperaba que esa misma suerte durara y la acompañara hasta el final. Al ver cerca el edificio donde estaba el departamento de Olimpo calmo sus pasos para no llegar muy alterada y levantar sospechas de los vecinos entrometidos de aquel lugar.
Busco la pequeña llave de repuesto que dejaba Olimpo dentro de una de las macetas fuera del cuarto, la pequeña maceta con flores estaba tal y como ella lo recordaba tomo la llave y al intentar introducir la llave se dio cuenta de que la puerta estaba entre abierta, la empujo lo suficiente para poder ver desde lejos como esta dentro de la habitación.
La habitación estaba un poco en penumbras solo la tenue luz de la portátil iluminaba el cuarto, todo lucia normal demasiado para ella. Camino con paso felino dentro de la habitación, estudio cada uno de los rincones de la habitación y se dio cuenta de que estaba completamente a solas en ese cuarto cerro la puerta al cerciorarse de que todo estaba bien.
Lo primero que hizo Artemisa fue quitarse la cazadora de encima algunos pedazos del platico que todavía estaban adheridos a ella hicieron que sangrara al momento de quitárselos, el dolor se hizo presente una vez mas. Empezaba a darse cuenta que toda la vida estaba llena de dolor de una u otra manera, ya sease física o emocional mente
Camino con paso rápido a donde estaba el pequeño bar del lugar tomo una botella de tequila del mismo le dio un gran trago a la botella y después se vació un poco del tequila en las heridas en forma de antiséptico para las infecciones.
se llevo la botella y se paro enfrente del monitor de la portátil el protector de pantalla con la foto de "Diana y Alberto abrazados en sus vacaciones de ella" era la que estaba en el monitor algo en su interior le hizo que intentara tocar aquella imagen era como si algo humano le dijese que ella era así antes.
Al tocarla la imagen se borro y solo unas palabras en rojo y muy grandes aparecieron en el lugar de el protector de pantalla.

******ENHORABUENA******

Volvió de aquel pequeño lapso de interrupción y la sonrisa sarcástica apareció de nuevo en la cara de Artemisa, volvió a dar un gran trago a la botella y reviso el sobre donde venia la información del oriental. El sobre estaba un poco quemado de la orillas pero al parecer nada de que preocuparse. Empezó a leer con cuidado cada una de las paginas del sobre algunas de las palabras estaban un poco inentendibles por lo chamuscado de el sobre pero nada que le impidiese seguir leyendo solo hasta el final un numero telefónico no se podía leer por el mal estado en el que se encontraba.
-Maldición esto si se ve mal este numero no se lee pero eso no impide que siga el juego como lo quiere el asqueroso oriental. Bueno es hora de que descanse un poco y ya mañana veré que hacer.
Le dio un ultimo trago a la botella y se fue en dirección al baño del departamento al mismo tiempo que se empezaba a desnudar al andar.
Abrió la regadera; el agua caliente salí de ella, limpio todo su cuerpo le dolía cada músculo por el excesivo ejercicio que hizo esa noche, ni se inmutó en volver a revisar sus heridas mientras se bañaba al terminar se puso unos vendajes en las heridas y tomo algo de la ropa de Olimpo y se la puso. Volvió al frente de la portátil miro el monitor y trato de buscar algo de información del oriental o de su gorila que estaba con el en el cuarto dejo trabajando el buscador de la computadora, dio un trago mas a la botella que estaba a lado y sin darse cuenta se durmió enfrente de la portátil.

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Al otro día Diana despertó en la cama sin saber nada de lo que paso solo un gran hueco en su cabeza se hacia presente.
-Que paso anoche conmigo no recuerdo nada, y que hago en el departamento de Alberto. Supongo que me desmaye en alguna parte de el recorrido hacia la casa del señor Smith y el fue por mi a buscar y ayudarme, por eso tengo estas vendas.
Supongo que ya se fue a su trabajo y me dejo aquí el golpe que recibí debió haberme provocado una pequeña amnesia y por eso no recuerdo nada.
Si supongo que fue eso. !!!Dios ya es muy tarde y tengo que volver al despacho y ver los resultados de la corte tengo que apresurarme¡¡¡
Tomo algo de ropa que Alberto siempre le guarda en la casa y salio a toda prisa de ahí sin darse cuenta de los resultados del buscador de la portátil ni de las hojas del sobre.

El día fué más pesado que de costumbre. El agotamiento la acompañó desde el mismo momento de dirigirse hacia el despacho. No había preparado el dossier para la causa del hombre.... el hombre. No conseguía recordar su nombre y sin embargo ayer mismo estaba dispuesta a dirigirse a su casa para... el golpe tuvo que ser demasiado fuerte porque no solo era el dolor de las rozaduras que seguramente estaban bajo las vendas si no que había pequeñas lagunas, una contusión que más tarde haría mirar por el médico, si es que el tiempo se lo permitía, seguro que Alberto insistía.

Le había dejado un mensaje en el móvil, su trabajo le tendría ocupado y por eso no tendría tiempo de ponerlo a cargar, puede que ni se hubiese dado cuenta, ¡vaya cabeza!

El resto del día lo pasó entre papeleos y citas con pequeños “TPR”, los “Testigos potencialmente relevantes”, algo muy importante si se quiere ganar un caso. De camino a casa después del ajetreo normal del día vuelve a intentar localizar a Alberto, no era normal que habiendo resultado herida no se hubiese interesado.

- El número al que ...

¡Este hombre!, ya podía tener una buena escusa. Entra en su casa con la intención de quitarse el vendaje y poder relajarse en la bañera durante un rato. El escozor de las vendas mientras las retiraba la hizo pegar un pequeño grito. Que era aquello, ¿cuero? ¿Se había caído con la moto?, no podía ser, aquello estaba casi pegado a la piel, era un trozo muy pequeño pero aquellas ampollas...

El calor del agua, el dolor, tratando de recordar. Puede que aquello fuese el detonante pero se encontraba a encontrar muy mareada.

El vapor del agua caliente la envolvió por completo su sorpresa era grande primero el no tener las respuestas de Alberto desde su móvil, la gran laguna metal de lo que había pasado en la noche y lo pero no poder recordar el nombre del tipo que abordo en el teatro esa noche.
Tal parecía que sorpresas no terminarian esta noche al quitarse las vendas lo que vio la dejo perpleja y por unos momentos sin habla solo un grito salio rompió el silencio de aquella tensa situación.
-Que es esto que tengo en el antebrazo es piel sin duda pero como es que se me pego aquí, las ampollas me dan a entender que la caída fue mas grave de lo que pensé.
Pero no he sabido que la piel se incruste en el tejido humano ¿que fue lo que me paso anoche, que paso? Esta maldita laguna metal que tengo no me deja entender nada y Alberto no contesta que ¿hago ahora?
Salio de la bañera rapidamente y tomo una pequeña navaja de el botiquín de primeros auxilios, puso un poco de antiséptico alrededor de el trozo de piel para evitar alguna infección por ella y las ampollas, una vez segura de que estaba bien todo empezó a cortar con la navaja el trozo de piel en espera de que vería al retirar el mismo

Con sumo cuidado fue cortando la piel de las ampollas, las quemaduras parecían algo más que un rasponazo con la moto, ¿Que había podido pasar?, ojalá recordara. En una de ellas una pequeña infección comenzaba a proliferar, suerte que lo había cogido a tiempo, si no aquello podía haberse puesto muy feo.

Tras terminar de curar toda la zona depositó encima de la mesa aquello, parecía una pequeña parte de su cazadora, un accidente con la moto. No recordaba haberla cogido la noche anterior, y tampoco haberla visto en el garaje, que podría haber... Una llamada en la puerta, dos enérgicos golpes con algo metálico la sacaron de su razonamiento.

Se acercó y no vio a nadie en la entrada, pero un pequeño sobre asomaba en el suelo. Al tratar de tirar de él se enganchó, no era una carta. Volviendo de nuevo a mirar abrió y cogió la carta. En el interior había una copia de unas llaves.

“Sigo esperando que se mueva, la sangre es algo muy preciado en estos días y no puedo mantenerla por siempre dentro de.... bueno, ya me entiende. Ya sabe, espero resultados.

En el pié de la carta una firma con ... ¿sangre?, una amplia X.

Flashback repentinos la hicieron tambalearse, a punto de perder el equilibrio, la noche anterior iba a preparar el asalto al piso de... una función en la opera...los planos de Alberto, siempre listos para cualquier operativo.... una carpeta sobre el ordenador.... agua....

Se despertó en el suelo y miró a su alrededor, aquel era su piso, el piso de su “hermana”. Lee la nota que tiene entre las manos, unas llaves de una moto.

“Parece que la pobre ingenua no sabe nada”.

Artemisa toma las llaves y hablando ella sola camina por toda la sala del departamento.
-Estas heridas no sanan sin que yo las supervise o que diablos pasa, y para colmo la niña toma una siesta en los momentos mas importantes de la vida ¿Como diablos piensa Olimpo que haré su trabajo si siempre esta debilucha se desmaya en los momento cruciales?. Veamos dejando de lado toda esta escena de telenovela tengo que ir primero a la casa de Olimpo y tomar toda la informacion que de seguro la buena de "Diana" olvido en la portátil. Pero tal parece que mi amigo el oriental de a proporcionado una nueva moto después de que la anterior quedo un poco dañada por mi pequeño viaje.
Artemisa sale del departamento de Diana y en la entrada de el edificio ve el "Regalo" del oriental para Artemisa que ahora ve con interes y mucha curiosidad.
-Valla, valla el tipo no tiene mal gusto para las cosas tal vez pueda que le perdone la vida, !pero por un tiempo nada mas¡ Ja, ja, ja, ja, ja,
Toma la moto y sale dispara en dirección de la casa de Alberto sin mas ni mas.

Artemisa continua en la moto en dirección hacia la casa de su compañero, en busca de la información que la pequeña niña que comparte su cuerpo no fué capaz de recoger para ella, comenzaba a ser un lastre, si seguía así tendría que tomar medidas para .... restaurar el lugar que le correspondía.

La casa estaba en las mismas condiciones que la había dejado el día anterior, todo en su sitio. En el suelo, al lado del portátil los papeles esperándola, ahora podía leer a fondo y plantearse el método de actuación y la forma en la que darle a aquel maldito japonés su merecido.

Artemisa bajo de la moto, apago el motor y antes de entrar reviso al apartamento de Olimpo miro a ambos lados de la calle tratando de buscar si alguien mas la seguía o la observaba desde lejos. Miro por unos minutos la calle estaba sola no se veía algún tipo de movimiento fuera de lo normal ¿Pero que era normal ahora? desde la ultima vez que ella recordaba nada era normal nada de lo que ella recordara. Rió para si misma mientras bajaba de la moto y empezó a caminar al apartamento de Olimpo para buscar lo que era su trabajo que según el oriental le tenia reservado.
Artemisa observa el lugar con detenimiento, todo parece como una foto tal como recuerda que había quedado las cosas así estaban.
La portátil encendida tal y como ella recordaba la toalla con la que se seco el pelo al lado y la botella tequila a casi terminar. Todo esta igual a como ella lo había dejado no estaba nada movido desde su ultima visita. Empezó a ver las datos que busco con afán en la noche y la delicada de Diana se le habían olvidado tomar y dejárselos para que ella hiciera su trabajo tal y como se le pidieron.
-Bueno es hora de hacer magia con este maquina, veamos que me dejo el viejo duende de las computadoras para mi.
Empezó la leer con detenimiento la información que el buscador de la maquina había dejado para ella esa noche y empezar a trabajar en sus dos encomiendas.
La primera la que le pidió el oriental y la segunda era una cruzada personal y la mas importante según ella, vengarse de las ofensas que recibió esa noche que conoció la oriental y a su lamebotas.