Heroes - Lucía

Terminé de comer lo más rápido que pude y después fui corriendo a buscar una de las chaquetas que mami le había dejado al abuelo para que me la pusiera.

Creo que me la puse un poco mal, porque una de las mangas la notaba retorcida y me apretaba un poco el brazo. ¡Pero me daba igual, tengo tantas gans de ir a ver los animalitooooos!!!


Me aceruqé a la puerta dando brincos y el abuelo pareció querer sonreir, me arregló la chaqueta y nos fuimos a su coche. ¡¡Y qué coche!!

Tardamos un monton en llegar al zoo aunque el abuelo me aseguró que solo tardamos un cuarto de hora...

Entramos cuando la amable chica de la entrada nos dio unos papelitos y a mi me regaló un globo. Corri entonces como una loca mientras me reia porque estaba feliz de estar allí.

¡¡¡Y habia tantos animales!!! No sabía a donde mirar y qué decir o que hacer. Me puse tan nerviosa que hasta el abuelo me tuvo que tranquilizar con una pequeña riña.

Pero tengo hambre ahora... ¡¡Y eso que acabamos de comer!!

- Abuelito, me compras una de esas chuches que venden ahí? - le pregunto señalando la tienda del zoo de golosinas.

El día se le hizo muy corto a la pequeña. Las horas pasaron volando mientras, de la mano de su abuelo, paseaba de un lado a otro viendo a los animales. Ensimismada con su colorido, sus sonidos, su comportamiento... todo era impresionante y fantástico para ella en aquel lugar.
Su abuelo había sido muy bueno con ella, compartiendo un algodón de azúcar hasta casi la hora de salir de allí y como premio por portarse tan bien una gorra de los delfines, sin duda el espectáculo que más le había gustado.

El teléfono del hombre había estado inusualmente callado durante toda la visita salvo por una corta llamada que pareció confirmarle algo, ya esperado.

- Mama se encuentra en Londres, por el cambio horario no ha podido llamar pero se encuentra bien. Quiere que te portes bien y que te de muchos besos de su parte.

¿Mamá ha llamado por telefono? Sonrio encantada de la vida, aunque me pone un poco triste que esté tan lejos... ¿En londres? ¿Y eso donde está? ¿Es otro planeta o está en América?

- ¿Abuelito, donde esta Londres? ¿Hay extraterrrestres allí? - le pregunto algo confundida

Su abuelo sonrió ante el comentario de la pequeña.

- En otro planeta... en muchas ocasiones lo parece pero realmente está en Europa, no muy lejos de España.- La coge de la mano - cuando lleguemos a casa te lo enseñaré en un mapa ¿vale?, puede que ya haya alguien esperándote allí.

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El camino hasta casa pasó como un relámpago mientras la pequeña dormía plácidamente en la parte posterior del coche después de todo el ajetreo del zoo.

- Lucía despierta, hay alguien que quiere conocerte.

¿mmmmmh?....

Abro los ojos un poco atolondrada, estaba teniendo un sueño tan bonito... El señor Oso había decidido por fin casarse con la Osita mas bonita que tiene Laura Rodriguez, una niña de mi clase...

El abuelo me mueve para que me despierto y sonrio un poquito.

- Ay... Estaba tan agustito durmiendo... - y bostezo sin poder evitarlo.

Un momento! Ha dicho que alguien quiere conocerme?? Quien será??

Me levanto rapidamente totalmente despierta solo por la "fhuriosidad" que me da el saber qué es.

- ¿Quien, quien quiere conocerme?

Cuando Candice vio lo que se le avecinaba, no pudo más que sonreir a medias, un extraño ser corría por el pasillo diciendo palabras inteligibles, pero cuando llegó hasta ella su rostro cambió, la dulzura y energía que esa niña desprendía no podía más que traerle recuerdos hermosos, jamás había vuelto a recordar esa época de su vida, en la que la felicidad era tan normal como el amanecer y el anochecer.

- Estaba deseosa de conocerte pequeña, bueno, aunque pareces muy mayor, me habían dicho que eras una niña pequeña, pero no me mintieron cuando dijeron que eras preciosa.

Candice sonrió más que por la cara de la niña por su propia reacción, unos días atras siquiera le habría dirigido la mirada, hasta su malestar con Ankara se había mermado un poco, si esto era lo que le esperaba mejor sería tomarlo con calma, estaba decidiendo en esos momentos disfrutar de aquella experiencia, aunque no sabía cuanto podría soportarlo.

Anda! Que señorita tan bonita! Y parece amable! Me quedo embobada mirándola con la boca abierta y me pongo roja como un tomate.

Me saluda y me dice que soy preciosa y me "avorgonsoo", y por eso me escondo detrás del abuelito, me da mucha timides...

- Hola... Me llamo Lucia - digo escondida detrás de los pantalones del abuelo. - ¿Y tú como te llamas? ¿y... por...por qué querías conocerme señorita?

Aaaayyyyyyyyyyyy que vorgonsoooo!!!!

- Encantada Lucía, mi nombre es Candice - dijo poniendose en cunclilllas para ponerse a su altura,
- quería conocerte porque parece ser que debemos cuidar la una de la otra, tendremos que ser amigas, ¿qué te parece?.

Candice se hacía ella misma esa pregunta, de lidiar con los lobos de la bolsa tenía que ingeniarselas para congeniar con una niña, lo cual le parecía más difícil todavía.

¡Maldito el día que hice esa llamada! lo maldijo una y otra vez a la espera de que la niña continuase con su hermosa conversación.

¿Cuidar la una de la otra?.... Eso suena muy raro... Yo pensaba que quien me tenia que cuidar eran mis papás.... ¿Es que no los voy a ver?
¿Es que el abuelito se va a ir y me va a dejar con esta chica?

Miro a la muchacha con ojos asustados y despues tiro del pantalón del abuelo.

- Abuelito, ¿te vas a ir? ¿Por qué me vais a dejar con esta chica?

Me muerdo la lengua y miro otra vez a la chica, a lo mejor la he podido "ofenser"

- Me gustaria muuuucho ser tu amiga, "Candiss" peero... yo es que quiero estar con mi familia - digo a punto de echarme a llorar.

Me empieza a temblar el labio y "pospecho" que me están engañando otra ves... Primero se va papá y mamá me engaña, luego mamá se va y el abuelo me engaña...

Una lagrima se me cae y creo que voy a llorar como un bebé.

Se iba a echar a llorar, no sabía si mi resaca soportaría eso, quizás el abuelo esperara que yo le sacara del marrón, pero era él el que debía de explicarle la situación. Yo no pude más que pensar lo mismo que la niña, me encantaría pero prefiero hacer mi vida, adieu!

Cuan desgraciadas éramos ambas, no pude más que acercar mi mano y acariciar su pequeña cara, limpiando las primeras lágrimas que caian sobre su rostro.

Su abuelo se acercó más a ella.

- Y vamos a seguir estando juntos pero ella te hará compañía mientras el abuelo trabaja. - Acaricia la cabeza de la niña mientras mira a Candice - Solo serán unas pocas horas al día. Creí que esto ya lo habíamos hablado como los mayores y lo habías comprendido.
- Hoy se quedará con nosotros y así nos conocemos los tres mejor, ¿vale?

Candice estaba realmente cansada, esperaba que la niña tuviese un horario de infante y se acostara temprano, todavía no había descansado desde que empezó su pesadilla de aventura con Ankara.

Ankara, en breve se marcharía y la dejaría allí, ¿por cuanto tiempo? También había pasado por su cabeza huir a su pueblo natal, esconderse en casa de su familia, había escondido tan bien sus orígenes que nadie la encontraría alli, pero, ¿que explicación le daría a sus padres? su madres sabría que no había vuelto porque los echaba de menos, además, no saldría bien, pasaría los días discutiendo con su progenitor, estaba atrapada.

La niña parecía inteligente, parecía calmarse con la explicación de su abuelo, ¿dónde estarían sus padres? Ya hablaría con su abuelo,... mañana.

El abuelito me lo explica y asiento con la cabeza de manera muuy obediente. Absorbo los mocos de la nariz con demasiado ruido y me sonrojo cuando recuerdo que mami me reñía por eso...

Asi que me los limpio rápidamente con la manga de mi jersey.

- Si vamos a pasar el día los tres juntos... ¿vamos a algun sitio que le guste a "Candis"? Así ella estará más agustin porque parece que quiere irse a mimir... - digo mirándola y pensando en poder dejarle uno de mis peluches porque no tiene buena cara...

Oh, oh... todos mis peluches quedaron en casa... Jop... :'(

El hombre sonríe ante el comentario de la pequeña, siempre era reconfortante encontrarse ante la sinceridad de un niño, su mirada limpia...

- Es cierto, parece usted cansada. Le indicaré ahora cual será su habitación y más tarde saldremos los tres a cenar si lo desea. Creo que hay un restaurante que os gustará a ambas. - Echa un vistazo tras de ella mirando hacia la puerta, donde espera Ankara- ¿Usted vendrá?- eleva un poco más el tono de la voz esperando unos segundos contestación.- comprendo, otra vez será, mesa para tres entonces.
- ¿Te gusta la idea? Mientras la señorita Candice se acomoda en su habitación te contaré un cuento y terminaremos la pequeña siesta, hoy vamos a trasnochar un poco, fuera se como siempre muy tarde. ¿Vale?

Candice se giró hacia Ankara, despidiéndola con un beso frío como el témpano, ¡ten cuidado! le hubiera gustado haberle dicho, en el fondo, muy hondo, lamentaba tener que separarse de ella, pero su orgullo no escatimó en palabras.

- La jovencita tiene razón, me gustaría descansar un poco, después me agradaría muchísimo cenar en tan buena compañía- añadió Candice haciendo gala de su espléndido 'buen estar' , que tan bien le había ido en sus numerosas reuniones laborales y no tan laborales.

Miro a Candice con los ojos muy abiertos, creo que me gusta esta chica...

Miro ahora al abuelo y le sonrio.

- Pues mientras Candice se echa la siesta... ¿podemos jugar a algo mientras? O si no quieres jugar conmigo puedo ponerme a pintar para no aburrirme... pero no se si tendras colores, abuelito... - le digo sin dejar de sonreir.

Abrazo a mi peluche, el que me ha comprado el abuelo en el zoo y hundo los mofletes en él.