Heroes - Candice

Candice


-Nueva caía del índice....

Apaga la televisión. No hace falta que ningún periodista de medio pelo le diga que es lo que pasa en el parquet, ella lo sabe de primera mano.
Deja la toalla medio húmeda sobre un galán de noche y se encamina desnuda hacia el armario.

“Esta noche es importante, tengo que deslumbrar”

Tantea varios vestidos hasta que encuentra el idóneo. Después de una dura jornada, presionada por los inversores, asustados como gatitos ante el menor cambio de los índices generales, esto es lo que necesitaba.

Sin vistosas joyas, sin un llamativo abrigo, así está perfecta. Un último vistazo en el espejo antes de salir, todo perfecto.

.........

Un criado le retira con sumo cuidado el abrigo.

- Si tiene la amabilidad de seguirme, el señor la está esperando

Era la primera vez que estaba en esa casa, sin duda su dueño tenía buen gusto, aunque no supiera jugar demasiado bien. Tras varias partidas de alto nivel el Sr Gairth había decidido que si tenía que volver a perder al menos sería en un ambiente más cómodo para él y en buena compañía, esto último como un cumplido hacia ella, cumplido que por el momento prefería ignorar.

El criado la condujo hasta una sala amplia, con una gran chimenea francesa y varios cuadros de toque clásico. Alrededor de la mesa 2 caballeros conversaban con una copa en la mano con el anfitrión mientras que una mujer de cabello oscuro se limitaba a observarles en silencio.

- Está usted bellísima esta noche- se levanta ignorando a sus compañeros que continúan con la charla entre ellos – tome asiento, comenzaremos en seguida - le retira la silla educadamente.
- Fichas para la señorita... ¿cuanto va a ser?

Está usted bellísima esta noche, fiichas para la señorita... ¿cuanto va a ser?
-Muchas gracias, buenas noches caballeros- Casi con un susurro le dije la cantidad, y mientras él hacia las gestiones me introduje en la conversación de los presentes, con el único ánimo de estudiarles, aunque la mayoría de la gente no lo sabe, para ganar al pocker la suerte no tenía nada que ver, todo se basaba en saber cuando el oponente tenía un farol y cuando no, y todo esto se reflejaba en sus caras, en sus manos, en su sudoración, en un mínimo parpadeo, con el Sr Gairth era muy fácil, cuando tenía buenas cartas siempre ponía cara de decepción y bebía repetidamente. A mi se me daba bien fingir, toda mi vida había trabajado para no revelar debilidad o algún sentimiento que alguien pudiera aprovechar en mi contra. Por lo que veía la partida sería muy interesante, aunque estaba algo nerviosa, estaba claro que Gaith quería que nuestras reuniones fueran más allá de las partidas de pocker, y sus recursos le hacían encantador, pero más allá de su imperio era un tipo aburrido y con muy poco sentido del humor, quizás un poco como yo, pero no, no podía fingir ese sentimiento, puesto que nunca lo había tenido dentro, además, él conocía mi secreto, y eso me haría sentir vulnerable, mejor me concentraba en la partida, luego volvería a mi apartamento y repasaría la reunión de mañana...
-Y bien señorita Candice, luego nos podría decir cual es la mejor inversión para lo que ganemos esta noche...- dijo uno de los presentes- bueno, si a alguien le da para algo más que para el taxi, estaré encantada de aconserjarle- todos reímos y nos dispusimos a empezar la partida.

Tres reinas en la mano.
Toda la noche para llegar a esto. La partida no había sido muy desequilibrada, apuestas comedidas, ningún exceso, aunque la suerte esta vez le daba la espalda. Poco a poco el dinero apostado se marchaba a manos de los demás jugadores.

Su anfitrión pese a ser el que más dinero estaba perdiendo sonreía complacido

- Disfruto de la compañía más que de los billetes, el juego no es nada

Todos parecen muy seguro, puede que esta sea la última mano de la noche, el tiempo no se detiene por nadie por muy buena mano que lleve.

- Mi resto- La mujer de enfrente , la que podría considerarse ganadora de la noche hasta ese momento apostaba todo lo que tenía sobre la mesa, una cantidad considerable para una sola mano.

El turno es ahora para Candice...

900 €, ami me quedaban unos 1200 había sido una partida interesante, sobre todo por ella, quizás el poker fuera echo para damas, me tentaba igualar la apuesta, la partida estaba terminando, quizás creyese que nos asustaba.
Estoy segura de que es un farol, a faroleado poco esta noche y eso es el mayor placer de este juego- las veo-, dije igualando la apuesta. Me alegraba de haber venido, esta noche había sido uno de los mejores ratos desde hacía semanas, ahora sólo quedaba que mis reinas conquistasen su mano...

El dinero sobre la mesa.

- Bien, veamos que llevas.

Candice posa sus cartas sobre la mesa. Tres flamantes reinas, un cuatro y un siete completando su mano. Casi sin poder controlarlo una sonrisa de superioridad asoma en sus labios, siempre guardando la compostura.

- Vaya, creo que eso gana a mis tres sietes - recostándose sobre el respaldo de su asiento, mientras deja caer sus tres sietes sobre la mesa.

Candice siempre comedida ya puede “saborear” su triunfo, una mano de casi 12.000€

- A no ser que .... - el tono de su voz se vuelve meloso, dulzón- estas dos compañeras tengan algo que decir- voltea las dos cartas restantes, dos flamantes ases.- Full.

El anfitrión observa a ambas féminas y las cartas sobre la mesa.

.......................

- Ha sido un placer tenerla está noche aquí, segura que no desea quedarse un rato más, mi chófer podría acercarla a su casa más tarde si lo desea

-Ha sido un placer tenerla está noche aquí, segura que no desea quedarse un rato más, mi chófer podría acercarla a su casa más tarde si lo desea- Quedarme? estaba deseando de irme a casa para romper algo y poder frustrarme a gusto, esa zorra, me había pulido, y lo había echo con estilo, sólo quería volver a encontrármela y empatar sentimientos- Querido Sr Gairth, es obvio que me quedan pocas ganas para cualquier affair, ha sido una velada encantadora, estoy muy agradecida por dejarme disfrutar de su compañía, mejor dejamos que acabe aquí la noche- por lo menos mi quiebra me servía de excusa para que se entendiera que quería marcharme a casa, el resto de invitados habían echo corrillos y hablaban de sus últimos asuntos mientras se despedían, y aproveché para que Gairth me hiciera una confidencia- por cierto, la curiosidad me puede, quién es la dama afortunada de la noche?

– Una vieja amiga que ha venido de visita. - Su tono se vuelve más cortante.

Ahora si me disculpa, mis invitados me reclaman, he de ser un buen anfitrión.- Se gira volviendo a entrar en el edificio.

..................

Un día de ganancias, las acciones de su cartera estaban levantando el vuelo, sin duda sus clientes estarían contentos con eso. Pocos minutos para cerrar la sesión lo que significaba volver a la rutina diaria, un descanso para comer algo y los preparativos para la jornada siguiente, siempre y cuando las grandes bolsas no dijeran lo contrario antes de ese momento, claro está.

En la bandeja del correo de su mesa una misiva en un sobre color crema, con un sello rojo en cera,

“Como en las películas”



Saludos.

Fue un placer encontrarme con tan digna oponente la pasada velada. Una lástima el no disponer de tiempo para conocernos mejor.
Si lo desea podemos encontrarnos en otras.... reuniones más interesantes.
En el reverso el número de mi busca, espero sus noticias.



La carta está escrita a mano, con tinta azul. La caligrafía es prácticamente perfecta, con letras angulosas y amplias. Llama la atención que en el sobre no venga ninguna dirección, remite, sello.... lo único el número mencionado.

La mañana había ido bastante bien, la reunión fue un éxito y la bolsa estaba a punto de cerrar, sin ningún sobresalto para mí, llegué a mi mesa, tenía un rato para desmayarme. Busqué mi pelota anti-stress cuando vi en la bandeja un sobre precioso, lacrado, parecía de otra época, utilicé un abrecartas antiguo, (ganado en una partida de pocker), el cual no había utilizado nunca,quité el lacre con sumo cuidado y leí atentamente, parecía una carta muy laboriosa, me quedé totalmente paralizada, como me había encontrado? mucha gente sabía que me dedicaba a las finanzas, pero normalmente nadie hablaba sobre los jugadores de las mesas. En el fondo me alegraba, no pude dejar de pensar en esa mujer en toda la mañana. Así que quería una reunión de las de verdad, pues la tendríamos. Hice un par de llamadas, no me costó mucho encontrar un par de partidas, esta vez sin tantos lujos ni remilgos, en las que siempre había un pardillo al que sangrar, lo pasaríamos bien.

Amnesia, 42 Rue Vieille du Temple, 23:00 h.
pregunta por Jocker

Candice estaba a la hora señalada en el local. Varias partidas memorables había vivido en él. Los dueños ya la conocían, siempre que jugaba allí una propina generosa estaba asegurada por parte de alguno de los jugadores, en su mayoría gente de negocios con un exceso de peso en sus abultadas carteras.

Como buena organizadora recibe a todos los “pardillos” reclutados, con la correspondiente copa a elección.

Cinco minutos más tarde de la hora acordada la joven entra en el lugar. El vestido aún más llamativo que el de la noche anterior. Le sienta como un guante, algo hay que reconocerle a la mujer, tiene mucho estilo.

– Buenas noches. Es un placer encontrarnos de nuevo – Mirando a Candice- Cuando quieran.

Se sienta y pide cambio de una cantidad bastante alta.

.....................

Esta noche su suerte es diferente, están desplumando a los confiados hombres de negocios que disfrutan de sus copas despilfarrando dinero.

- Ultima mano. Voy

Mil dolares para igualar la apuesta.
En la mano de Candice 2 jotas.

Me enfundé mi mono negro aterciopelado, mis botas de aguja, mi chaqueta de cuero y dí una vuelta con la moto por la ciudad antes de llegar, necesitaba oler París y despejarme.
llegué al Amnesia sin más novedades, saludé a unos cuantos conocidos y entré a la sala privada, la luz era tenue, además de un par de mesas bien iluminadas, en la sala había varios pasatiempos más en los que entretenerse, una mesa de billar, unos dardos, una pequeña barra, y un rincón de grandes sillones rojos mullidos, destinado a elaborar los mas sucios negocios,lo demás que vi en la sala me gustó bastante, mucho dinero negro en bolsillos inexpertos, pobres moscas! no verían en toda la noche la telaraña... Casi al instante llegó ELLA, estaba deslumbrante, reconozco que me gustaba su porte rozando la envidia-Buenas noches. Es un placer encontrarnos de nuevo
- Bienvenida, comenzamos?-
.....

Estábamos en la última partida, la noche había sido espectacular, dinero fácil que ganar y una contrincante con la que jugar, umm, dos jotas,-paso-tiré mis cartas boca abajo, quería que terminase la partida y poder hablar con ELLA, milésimas de segundo después de tirar las cartas me arrepentí, pocas veces me dejaba dominar por la ansiedad, era ELLA, tenía que terminar con ese halo de misterio que la rodeaba.Por supuesto, ganó la última baza.. Nos dimos las mano entre todos los jugadores alabándonos falsamente, y me acerqué a ELLA - ha sido un verdadero placer, si no tienes prisa podríamos tomarnos algo...-

La actitud ansiosa no pega ni con su carácter ni con su estética, eso es algo que se hace evidente para cualquiera que haya tratado con ella más de 10 minutos.
Con gesto complacido la extraña la mira.

- Por supuesto, será todo un placer.

Terminan las despedidas entre los jugadores que van abandonando el local, se ha hecho bastante tarde.

- Bien por fin solas- sonríe aliviada- Creo que no somos las de las que se andan por las ramas. ¿Qué quieres de mi?.

Demuestra una seguridad abrumadora enfatizada por su encanto innato, sin duda una mujer interesante.

¡Qué chulería! Si no me conociera a mí misma seguro que esta tía me embaucaría, ¿qué quieres de mí?, me dice! ¡desde luego que no somos de las que se andan por las ramas! –perdona, creo que fuiste tú quien me buscaste a mi, pero es cierto que hay algo en ti que me ofusca, sólo quiero mitigar mi curiosidad, a veces te cruzas con gente que tiene que pasar por tu vida- le dije, no quería enfrentarme con ella fuese a salir corriendo, aunque cada vez tenía más ganas de pegarle, supongo que si nos parecíamos tanto como estaba empezando a creer, ella sentiría lo mismo por mí.

– Solo respondí a una petición anterior tuya. ¿Acaso no estuviste indagando primero sobre mi, después de la partida?. Esa misma curiosidad de la que hablas fue la que te llevó a buscarme y a mi me correspondió simplemente responder a la llamada.

Levanta la mano.

- Por favor camarero, dos Bloody Mary.
- Decías que algo en mi te ofusca, si puedes ser más clara podríamos llegar a entendernos. Piénsalo bien y dime, ¿Que es lo que buscas de mi?. Después comentaremos lo que podemos hacer juntas.


Mueve la cabeza, su pelo queda perfectamente encajado resaltando sus ojos, seguros y afilados como los de un felino, sosegados, fríos y calculadores hasta el momento en el que sea necesario actuar.

- Por favor camarero, dos Bloody Mary- el camarero me miró antes de tomar la decisión de ir a por las copas, estaba casi seguro que yo no tomaría un Bloody Mary, nunca antes le había pedido alcohol-mejor me pones lo de siempre, un Lady Sour- sonreí a la chica y seguí prestándole atención -Decías que algo en mi te ofusca, si puedes ser más clara podríamos llegar a entendernos. Piénsalo bien y dime, ¿Que es lo que buscas de mi?. Después comentaremos lo que podemos hacer juntas.

Llegaron las bebidas,me dí cuenta que no llegaríamos a ningún lado con esa conversación, era tan prepotente como yo, y además, ni yo misma sabía que era lo que me confundía de ella - No puedo ser más clara, sólo son sensaciones, tampoco tiene importancia, respecto a lo que podríamos hacer juntas, eso si me interesa, esta noche lo pasé realmente bien en la partida...por cierto, te llamas?..
Tomé un sorbo de mi bebida, me revisé mentalmente observando mi posición y corrigiendo delicadamente mi postura.

- El nombre no tiene importancia, es una etiqueta social completamente inútil en situaciones como esta.

Levanta su copa ofreciendo un brindis al aire y toma un trago, paladeándola.

- Es curioso como restamos importancia a las sensaciones, a la curiosidad... a todo aquello que nos hace humanos en pro de sensaciones más banales como el ego.
- En cuanto a lo que podríamos hacer juntas, tienes buenos contactos. Mueves grandes sumas de dinero. Conozco gente que puede estar interesada en eso. Eso si, tendrías que moverte un poco. Algún viaje de negocios, alguna partida anónimos jugadores, ya sabes, los que realmente mueven el mercado...
- Si estás interesada deja un mensaje en mi busca antes de mañana por la noche. Ellos se pondrán en contacto contigo.


Se levanta tras apurar la copa.

- Un placer señorita Candice. - Tiende su mano hacia ella.

Estreché su mano, y educadamente le devolví el halago, no dije nada más, no quería hablar más con ella, quería pensar en lo que me había dicho, tampoco podría sacarle más información, gente importante, dinero, juego, me sonaba a turbio, desde luego, yo tenía esos contactos, y el tiempo, pero no, dejaría correr este tema ya, olvidaría a esta mujer, mejor seguía con mi vida, había sacrificado muchas cosas para estropearlo ahora -te has peleado con tu novia?- me dijo un tipo algo pasado de copas, y sin mirarle le contesté cortesmente -será mejor que lo deje, no sabe de lo que está hablando-
-Hablo de que un chochito como tú no debía de estar sola- me dijo cogiéndome de la cintura queriendo pegarme un achuchón. Con las mismas agarré el casco de la barra y se lo estrellé en la cabeza, lo tumbé en el suelo, dios mío! había tumbado a ese tipo! -dime que te debo..- le dije al barman sin demostrar ninguna alteración en mí -se encuentra bien?...por supuesto invita el caballero que ha tumbado...esperamos que vuelva por aqui..
-claro que si, gracias. Cuando salí a la puerta no podía aguantarme más, me meaba de la risa, supongo que estaba muy nerviosa, había tumbado a ese tipo en el suelo, jajajaja, ¿por qué no? estaba harta de estar aburrida, viajar, pocker, negocios...
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Al día siguiente envíe un mensaje al busca:
-Estoy interesada

El busca suena, el mensaje era esperado, no pilla de sorpresa a la joven que mientras lo lee no puede evitar una sonrisa complacida.

-Estoy interesada

Tendiendo el busca a su acompañante para que lo lea....
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El día pasa sin mayores novedades. El teléfono no dejó de sonar, las mismas ordenes rutinarias, los mismos clientes preocupados por rumores infundados acerca de sus carteras pidiendo explicaciones.
Al final de la jornada, con la bolsa ya cerrada, los teléfonos ya calmados, la mayoría de sus colegas ya camino de sus casas “Araganes”, el móvil suena, un número conocido, uno de los responsables de la cartera Mongtsec, un gran cliente desde su número privado.

En el momento de descolgar, sin apenas tiempo para contestar su interlocutor ya había comenzado a hablar, la conversación no estaba dirigida a ella, al menos en el primer momento.

- Seguro que si lo sabemos, todo está en ... Buenas señorita, este número ha llegado a mi con alguna referencia “extra-monetaria”, en un primer momento no suponía que se trataba de usted, tanto mejor si nos conocemos. Su interés manifiesto me da esperanzas en una relación fructífera para ambos.
- Necesito que esté mañana en París, las señas han sido enviadas a su casa. Por el trabajo no se preocupe, todo está solucionado también. Los detalles en persona.

Cuando descolgué el teléfono no me esperaba para nada esa conversación, hacía solo pocas horas de que enviara el mensaje al busca, además no esperaba tratar con mis propios clientes, no debí aceptar, 'asuntos extramonetarios', pero que bien sonaba! todo estaba arreglado? pero donde me estaba metiendo? comencé a sentir un pánico que jamás había sentido, no era el mismo que antes de un exámen una reunión o una operación arriesgada, era un tipo de miedo que también me producía placer, sentí de repente el suelo en mis pies, veía las cosas más claras que antes, cada movimiento que hacía era doblemente intenso, me sentía viva, con aliciente, terminé de zanjar algunos asuntos y me marché a casa, el portero me entregó un sobre, -un mensajero- me dijo al prenguntar quién lo había traido, me duché, cené y preparé la ropa para el día siguiente, todavía no había abierto el sobre, me puse cómoda y me atreví a leer, busqué la dirección en internet para no tener problemas, al día siguiente estaba puntual a la hora y lugar indicados, bien Candice, no seas tu misma...

La dirección dada para el encuentro en el centro de la ciudad, en una de las zonas más turísticas de la capital. Un hotel rodeado de tiendas de souveris, caros restaurantes. Las oleadas de turistas rodeaban a Candice mientras trataba de llegar a la entrada del edificio.

Un hotel como tantos otros de los que se había encontrado, especialmente en sus viajes y partidas “amistosas” de más alto nivel. Una recepción luminosa, con mármoles y maderas nobles en toda la sala.

- ¿Que desea señorita?, la habitación 400, por supuesto. Varios de los compañeros están ya ahí. Si me permite su documentación por favor...

Tras apuntar sus datos devuelve su carnet a Candice.

- Cuarta planta, al final del pasillo a la derecha. Es uno de nuestros mejores áticos, el botones la acompañará.

El botones lleva a Candice a la puerta de la habitación. Llama con firmeza.

- La señorita Candice ha llegado.

Tras recibir una confirmación desde el interior abre la puerta esperando a que la joven entre.

Sin duda era uno de los mejores áticos del edificio. Una diáfana habitación, con varias zonas bien diferenciadas. Un salón en el que se encontraban 3 hombres sentados alrededor de una mesa de mármol con una copa en la mano. Una chimenea con una pequeña biblioteca al fondo y varias puertas.

- Adelante, únase a nosotros.

Me adentré en el hotel, todo en él era de un lujo desmesurado, en estos sitios es donde más agusto me sentía, desde luego que no me había equivocado, tanta parafernalia me excitaba, llegamos a la habitación y oh, era aún mucho mejor, vaya si era la mejor habitación del hotel, parecía que mis anfitriones no se andaban con chiquitas. Tres hombres, no me será difícil manejar esta situación.
-Adelante, únase a nosotros.
Me acerqué hacia la mesa de mármol, los hombres se levantaron y el que parecía ser el anfitrión me ofreció una silla- gracias-, le digo mientras tomo asiento- magnífico ático- y espero a las presentaciones.

- Un placer tenerla con nosotros. -Levantándose sujeta delicadamente la mano de la joven besándola. - Como le comenté por teléfono, referencias suyas me han llegado desde las más selectas esferas. Como seguro que comprende esta reunión es del todo confidencial y todo lo que se mencione aquí se quedará entre estas paredes y los oídos de los presentes. Los nombres dejan de tener relevancia a partir de este punto. - sonríe

Sirviendo una copa a todos los presentes, incluido a ella continua con la charla.

- Como estábamos comentando, nuestra nueva amiga podría encargarse de lo que proponéis, siempre y cuando esté dispuesta claro está.
[b][color=green]- Disculpe mi atrevimiento, nuestro anfitrión la ha puesto a un nivel difícil de creer la verdad. No dudo de su capacidad ni de sus habilidades “sociales” pero... cual es su especialidad, si me permite preferiría escucharlo de primera mano.

-No sé que le habrán contado ni que espera que haga, ya le advierto que no soy un superhéroe, mi especialidad simplemente es que soy buena y casi siempre me supero, comprendo sus dudas, pero a mi parecer, lo mejor sería que hablásemos de negocios y luego veremos si nos interesa a ambos-. Cogí con elegancia la copa y tomé un sorbo de lo que fuera que allí me habían puesto, esperando la respuesta de mis interlocutores.

- No sea modesta con nosotros, sus referencias no le dejan esa opción.

Con un brindis al aire hace lo propio con su copa, tomando un pequeño sorbo. Mientras el dulce whisky baja por la garganta de Candice el hombre posa su vaso mientras continua con su charla.

- Nuestro interés está íntimamente relacionado con el suyo.
- Mañana en una gran ciudad europea tendrá lugar una gran partida, disculpad si de momento omitimos los detalles, seguro que entiende el porqué... Queremos que usted participe en ella con nuestro dinero y que en la medida de sus ámplias posibilidades alargue al máximo el juego para que nuestra amiga común pueda terminar con su cometido. A dicha velada usted irá como su novia de cara a todo el mundo. El premio por esta colaboración.... seguro que se imagina que será muy generoso.

"Premio generoso" sin duda sonaba bastante bien, por mi cabeza pasó un atisbo de preocupación por el supuesto cometido de mi novia, pero sólo eso, a la milésima de segundo no lo pensé más, si había aceptado esta proposición era porque quería que algo en mi vida fuese diferente, actuaría primero y pensaría después, por lo menos en esta ocasión -bien señores, por mi parte tenemos un trato, si me proporcionan todos los detalles comenzaré a prepararme enseguida-, mi semblante era tranquilo y confiado, dejé que la comisura de mis labios mostrará satisfacción en la propuesta, y la sentía, sí que la sentía.